jueves, 30 de junio de 2022

En búsqueda de inspiración

¿la has visto?

se encontraba aquí a mi lado

¿la has visto?

tiene detalles dorados


resplandece por las noches

¿la has visto?


fue mi compañera durante años

¿realmente no la has visto?

pregunta por todos lados

que el mundo se entere que está perdida


necesito que ella me encuentre

¿acaso no la has visto?


despiertame si estoy dormida

avisame si me distraigo

¿la has visto?, ¿la has visto?

necesito que me avises si la ves


ella sola no puede estar 

¿la has visto? 


fíjate por donde caminas, te pregunto

¿la has visto?

le gusta ir con paso apresurado

y luego desaparecer


¿me juras no la has visto?

sé que va a regresar

¿la has visto? 


avísale por favor

que tiene un lugar al cuál regresar



viernes, 20 de noviembre de 2015

Rodeada de espinas


Ella se mantiene fuerte
Extendiendo su piel blanquecina
No parece saber
Que está rodeada de espinas

Su centro azulino
Se mantiene con vida
Mostrándole al mundo 
Su sabiduría

Y es que nadie logrará
Nunca que se marchite
Pues la maleza será
Su mayor escondite

Las espinas punzantes
Serán su custodia
Mientras ella se yergue
Con aires de victoria



miércoles, 11 de noviembre de 2015

Margarita


Era una margarita blanca
Se la regale a mi mamá
La arranqué de la tierra
La saqué de su hogar

La puse en un florero
Azul como el color del mar
Le puse mucha agua
Como me dijo mi mamá

Al día siguiente, a la mañana
La margarita se veía apagada
Sus hojitas blancas dobladas
Su centro amarillo sin brillo

Dos días después, mientras comía
Note que la margarita triste se veía
Su tronquito verde estaba torcido
Tres de sus hojitas blancas se habían caído

Un día más tarde, el florero estaba vacío
Le pregunté a mi mamá qué había ocurrido
Me miró y al principio, a contestarme no se animó
Luego de un rato me dijo: "La margarita se marchitó"

martes, 3 de noviembre de 2015

Deshojada

La chica ve la margarita marchitándose poco a poco, perdiendo brillo y deshojándose con el tiempo; y por fin siente que alguien comprende sus sentimientos.

Amores

Al igual que una hoja seca en otoño, el amor perdido gira en el aire, esperando caer suavemente; mientras el brote de un amor ganado se prepara para nacer en primavera.

Tormenta


Sentada en un tronco caído, la muchacha de orbes color miel observa el panorama de un bosque desierto de almas.
Un fuerte viento azota su cabello y ella cierra los ojos, perdiéndose en su mente, donde los pensamientos giran como hojas secas en medio de una tempestad.

Con sus manos recorre los relieves del tronco en el que se haya situada y acaricia aquellas cicatrices de la naturaleza. Sonríe y abre los ojos, encontrándose en el mismo bosque solitario, solamente con el viento como compañía, que ahora se ha vuelto más violento y hace girar las hebras de pelo en el aire, agitándolas en pequeños remolinos.

Una tormenta se avecina.

Ella quita sus zapatos y raspa la tierra seca del suelo, levantando un polvo claro que es arrastrado por la furiosa corriente de aire. Levanta la mirada y ve el cielo opacarse, nubes grises asoman entre las copas de los árboles. 
Se recuesta en la corteza dañada y esboza una pequeña mueca, no está segura si de nervios o de felicidad.

Luego de unos minutos, la primer gota de agua dulce aterriza sobre su mejilla, y a ésta la siguen muchas más. La tierra se ha convertido en barro, los pequeños animales corren a buscar refugio y las copas de los pinos comienzan a oscilar, al igual que el cabello amarronado de la joven que se funde con el entorno.

Desde el cielo, las nubes admiran el paisaje sobre el que descargan su furia y logran ubicar a una chica entre tanta maleza. Sus ojos brillan y reflejan un cercano relámpago, pero ella ni siquiera parpadea.

Una lluvia de rayos se desata en un instante, ella se incorpora y mira valerosa hacia el cielo, en su mente la tormenta se vuelve más poderosa, crece aunque intente calmarla.
Los pensamientos se agrupan, batallan y se dispersan, ella mira todo desde el ojo de una cerradura.

Todavía no se anima a abrir la puerta. 
Cierra con llave e intenta retrasar el momento, aunque sabe que no será por mucho.

Cierra los ojos, inhala un gran suspiro y una corriente eléctrica atraviesa todo su cuerpo. Su cabello aún danza con el viento.

Luego de eso, la tormenta cesa.

Al igual, que su tormento.

lunes, 26 de octubre de 2015

Fénix

Miro el vacío frente a mis ojos, que se extiende sin fin aparente. Me pregunto: ¿Qué pasaría si salto?  ¿Qué pasaría si acabara con todo esto? ¿Qué pasaría si…?

Tomo carrera y salto. Siento el viento chocar contra mi cara, despeinándome.

Extiendo los brazos y cierro los ojos. Siento un cosquilleo en la punta de mis dedos, que va subiendo por mis manos.

La pollera que hace poco se ceñía a mi cintura, se abre a causa del viento. Voy cayendo, pero a la vez, siento que me elevo.

Abro los ojos, pero no veo absolutamente nada. Mis brazos se sienten más ligeros, mi cara se siente diferente. Vuelvo a cerrarlos.

Un fuego nace en mi interior, siento como va desplazándose por todo mi cuerpo.

El viento se hace cada vez más fuerte y me despoja de toda preocupación, ya nada importa, estoy cayendo.

Mis piernas se encogen, mi corazón aletea, enjaulado en mi pecho. Tengo un montón de espacio, pero siento como si me asfixiara.

Abro la boca y respiro hondo, el aire se siente más pesado. Mi cuerpo no pesa nada, mis ojos se achican y me embarga el júbilo. Grito, pero sueno diferente. De repente, lo comprendo.

Mis brazos, cubiertos de plumas anaranjadas, se mueven al compás de la brisa. Me elevo, mis piernas se juntan con mi pecho y mi majestuosa cola de color rojo fuego se alinea con mi cuerpo. Tomo impulso y a centímetros de tocar el fin… vuelo.

Subo, ya no tengo miedo, mi plumaje se agita por el viento, que deposita sus secretos en él. Estiro el cuello, miro las nubes… no. No son mi destino.

Las rozo antes de volver a caer en picada, todo mi cuerpo pide a gritos que me detenga, pero está equivocado.

Diviso mi final. Susurro mis últimos deseos.

Es el fin.

Es mi fin.

Pero no estoy preocupada, porque sé que renaceré de mis cenizas.